lunes, 11 de diciembre de 2017

A PROPÓSITO DE LAS MUJERES de Natalia Guinzburg


Ocho cuentos en este libro: "Una ausencia", "los niños", "Giulietta", "Traición", "La casa junto al mar", "Mi marido", las muchachas", "La madre".
Algunos protagonistas son hombres mimados que engañan a sus mujeres porque sienten que no las merecen, en "Una ausencia" la mujer no aparece en todo el cuento, es el relato del hombre sin ella, es el hombre que en su ausencia la engaña y le pide perdón, es la mujer que no sabemos dónde está ni qué está haciendo. Lo que más me gusta del cuento es como logra dejar al hombre como un tonto sin que la mujer haga absolutamente nada, como el engaño se cuelve un signo de inmadurez y de inseguridad, como en el relato la mujer queda en un lugar de resguardo.
El cuento "Mi marido" ya lo había leído en una antología y me parece genial la construcción de la historia, es un novelón en forma de cuento, una mujer entregando su vida a un hombre, se casa con él ¿qué más podía hacer? pero este hombre siempre estuvo perdidamente enamorado de otra mujer con la que no se puede casar porque es pobre, la convención del matrimonio como una cárcel para los hombres, la soltería como una cárcel para las mujeres, así refleja la autora las convenciones burguesas de su época.
Me pregunto ¿todos los cuentos hablan sobre el amor? ¿todos los hombres saben o pueden amar a las mujeres? El final del cuento "Mi marido" es triste pero es acertado, la vida de esa mujer, su destino de mujer que nunca logra ser amada.
"Los niños", una madre que no quiere a sus hijos, se repite algo similar en "La madre", sí, es posible que haya mujeres que no sepan amar a sus hijos, pero también hay razones para ese desamor, matrimonios donde no hay amor, amantes a escondidas, ese secreto es lo que la unirá con sus hijos, el hombre que la une con sus hijos no es su esposo, sino su amante, es buenísima la escena del final.
En el cuento "La madre" no puede amarlos, ha quedado viuda, como si la consumiera una tristeza, una mujer de espíritu libre, hay un amante que huye, también se comparte el secreto con los hijos pero no es suficiente, hay un final trágico.
"Traición" otro hombre, niño de su madre, traiciona a dos mujeres por egocéntrico e infantil, las mujeres mientras tanto lo aman y sufren por él.
"Giulietta" un hombre que vive con su amante y no sabe como decirle a su hermano, otro hijo de mamá que queda como un tonto al lado de la mujer protagonista de la historia.
"La casa junto al mar" creo que es el que menos entendí, podría decirse que habla de una mujer que no sabe lo que quiere pero lo estaría reduciendo, los hombres también están bastante perdidos.
"Las muchachas" es el más distinto de todos, una especie de descripción de un pueblo y la vida de las muchachas en él, me hizo acordar a un texto similar de Herta Muller.
Algunas constantes que veo en el libro: el mal de las madres sobreprotectoras, el matrimonio como falsa salvación y como cárcel, los hijos como un deseo confuso y como sostenes de los matrimonios, los hijos que no entienden a sus madres, la maternidad también puede ser una cárcel, los amantes como fuga y deseo, a veces como salvación, otras como aventura, a veces como el verdadero y único amor, los hombres inmaduros y su consecuencia para las mujeres que se involucran con ellos.
En el prólogo dice Natalia Guinzburg que hay que preocuparse por las cosas importantes y serias de este mundo, entonces yo me preguntaba ¿cuáles son? la lectura del libro me aproxima a sacar esta conclusión: las cosas importantes y serias: amar, andar en bicicleta, jugar con los hijos, compartir un secreto, los hijos otra vez, la libertad de no atarse a un hombre, no estar con quien no te ame, no esperar lo que no te pueden dar, ocuparse de sí mismo y esforzarse por ser cada día más libre, más dueño de sí mismo, para no caer en el pozo, en la tristeza y la melancolía que es lo mismo.
(sobre esto de "el pozo" Natalia lo explica mejor que yo en el prólogo del libro y es algo que todas deberíamos conocer)

sábado, 9 de diciembre de 2017

INTERIOR de Juan L. Delaygue




O   ¿Cómo escribir un libro de poesía en 10 pasos aparentemente simples?

1)      Recordar y partir: Prestar una cierta atención a cualquier objeto que pueda provocarnos reflexiones sobre nuestro origen: atender a los fantasmas, el destino puede estar congelado en una foto como una sentencia, como un vaticinio, predicción o quizás fatalidad, el gran rostro familiar tiene gestos conocidos pero también fisuras que se abren a lo extraño, allí se inicia un vértigo y comienza la huida. Se mira atrás antes de partir ¿para no convertirnos en piedra?

2)      Tener en cuenta: un libro de poesías también puede ser un tratado sobre el silencio.

3)      Pedir silencio, buscar silencio, tener silencio: hay un silencio que cuida las cosas, un libro de poesías también puede ser un viaje de iniciación, un libro de poesías también puede ser una novela de aprendizaje, o desaprendizaje. Escuchar el silencio de los otros, silencios incómodos, silencios evasivos, silencios que ya no dicen nada, o silencios cargados. En sus silencios todas las personas cuidan algo ¿será una ausencia?

4)      Injertar en mi lengua otras lenguas: el viaje se abre a lo desconocido, los otros hablan en mí, puedo darle forma a mi lengua, puedo mezclar palabras de la modernidad, palabras de la ciencia, palabras del saber popular, puedo manejar el complejo arte de hacer injertos.


5)      Conquistar el silencio: ¿Cómo suena el silencio? Un haiku puede ser un silogismo de un razonamiento que se ha  vuelto sensible. ¿Puede lo visible ser el sonido del silencio? Hombre-árbol que se desprende de partes palabras en lo visible del poema que se hace ofrenda y celebración, marcar un territorio próximo y propio, embellecerlo. Guiarse por la intención de esparcir la presencia por un territorio.


6)      Perderse: Los sonidos existen en el silencio, hay ruidos que lo colman todo, hay ruidos vacíos como el mar, los vacíos y los silencios nos hacen despertar. También en el silencio nos perdemos como huérfanos, entonces ¿cuál es mi tierra? Negar el silencio es temer lo que no existe. Las capas que cortan el silencio están colmadas de miniaturas, ahí en lo ínfimo de lo desimportante es donde se expresa la exuberancia.


7)      Sentir vértigo: El silencio es el viaje. Intentar, con toda la voluntad, no ser nunca un turista. Querer vivir los paisajes y lugares con otra intensidad, arrojar la mirada a lo incierto, adivinar los colores y las formas de aquello que todavía no conocemos.


8)      Ser estrávico: La poesía es una distracción, una torcedura. La observación es el lugar para el hallazgo “intentando pescar la parte más sutil de las cosas de los días”, y allí dejarse caer como una forma de decir sin artificios.


9)      Errar la lengua: Perseguir una forma, ni haiku, ni soneto, ni forzada impostura de vanguardia y cuando ya no queden más descubrimientos ensayar sin pretensiones en los papeles dibujos con las fibras de colores, quiero decir, volver a la infancia.

10)  Shhhhhh





“El oído es un órgano al revés; sólo escucha el silencio”
Juan Luis Martínez en “La nueva novela”, Santiago de Chile, 1977.